Sepas amigo que por años
y perdido siempre,
bajé al abismo,
en recovecos solitarios
de las sombras de mi mismo.
Pero corto, sucio el espacio,
el destino ambiguo,
ningún alimento, exhausto
y con hambre de otros,
fui saliendo de tales sitios.
Y sepas, amigo,
que muchos años más,
he vivido triste destino
de andar con muchedumbres,
de abstraídos en si mismos.
Y en mis carnes morando sigo
desde hace ya lumbres,
entre tanto espíritu yerto,
preguntándome perdido
qué hago con tantos cuerpos.
Con que potente clarín consigo,
remover y despertar las almas
de su grave ensimismamiento.…
377 lecturas versolibre karma: 240