La última palabra
será de una voz entristecida
queriendo decir lo nunca dicho.
una lágrima derrama
(la voz) cansina
atonada póstuma en suplicio.
Contando historias y presagios
en grises atardeceres
de sobrevivientes de naufragios
dormitando a intemperie.
Mas, las pulsiones de tus labios
no tienen fuerza para oraciones
languidecen musitando un poemario
lleno de horrores.
Anochece y la tormenta
apaga el fuego
cerradas están las puertas
de los albergues en todos los pueblos.
Latigazos de los rayos
parten los cielos
mis manos llenas de callos
cubren tu pelo.
Viviremos en la fragilidad
de las luciérnagas
con la misma serenidad
de un rey y reina
dentro del tiempo dimensionado
que nos gobierna.
Los días grises dan paso
a lúgubres recuerdos.
De la bruma rescato lo vivido,
los horrores los sepulto
lo soñado, en el olvido.
Incendio en nuestro interior
llevan por vericuetos escondidos
dándole luz radiante
a un amor correspondido.
Sin suplicas a dioses...
mi tonada impregna todos mis gemidos.
Las puertas que estaban cerradas
por el terror a lo desconocido,
se abren de nuevo ante mis ojos,
musitan de terror...
por un momento verídico.
Ventanas que brillan
ante un hermoso sol
colándose tenue
se trillan en el descuido.
Vivo contigo en la fragilidad.
Mis suaves manos de reina
rozan tu cabello plateado
como demostración
del fiel apego engalanado.
Este reino que inventamos
le da pinceladas de color
con sentido poético
a todo lo desconocido.
Con un contundente adiós
a lamentos y calvarios
ocultos tras la tenue luz
de luciérnagas y presagios.
Pintura Autora: Vaimar
Técnica: Oleo Sobre Lienzo
etiquetas: historias, presagios, amor, fragilidad 217 lecturas colaboracion karma: 52
Felicitaciones a ambos¡
Una brillante colaboración nos regala la elegancia de su rica inspiración.
Bellos versos! Hermoso poema!
Felicidades, Zenaida y Domingo!
de las luciérnagas
con la misma serenidad
de un rey y reina"
Estos versos nos llevan a conocer esa dimensión desconocida que ha sido conquistada por una mancuerna intrépida. Tremendo.
Felicidades Zenaida y Domingo
Abrazos cariñosos y fuertes
de las luciérnagas
con la misma serenidad
de un rey y reina
dentro del tiempo dimensionado
que nos gobierna.
Esto me encantó, pero toda la genialidad del escrito sale del mismo recipiente en el que cocinas vuestros aleccionadores guisos de letras.