Él era versos tristes
besando sus labios,
ojos buscando promesas,
aunque no prometiera nada.
Él era vertiente
desmigando su crisálida,
era libélula obsesiva
de aleteos insolubles.
Ella era cristal
recogiendo sus pedazos,
pincel de pinceladas
cortas de verano,
atrapaba rincones de sueños
de caramelo y miel
en la esquina de sus ojos,
absorbía silencios
de claros oscuros intermitentes,
y sacudía suavemente
su mano derecha
en un puntillismo
de mares descosidos.
Él era espejismo
en noche serena,
el aire que necesitaba,
a veces la agotaba
y absorbía la raíz
de sus sueños,
sus fuerzas flaqueaban
y al final
quedaba vencida.
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Con ese "je ne sais quoi" que hace tus poemas tan exquisitos
Aplausos mil
Él era vertiente
desmigando su crisálida,
...
Ella
[...]
atrapaba rincones de sueños
de caramelo y miel
en la esquina de sus ojos,
Sigue escribiendo por favor
que escribes hermoso
Besitos, amiga!
Un gusto de leer
Abrazos