Ha pasado tanto tiempo desde la última vez que disfruté de tu presencia, que mis sentidos, habituados al superlativo deleite que tú les proporcionabas, y agotados de esperar su dosis cotidiana que los mantenía siempre atentos, lúcidos y alertas, han optado por aletargarse !Se niegan a sentir!
La música más bella, incluso la religiosa, no encandila a mis oídos; les suena a ruido desabrido e insípido. Los olores, aun el perfume de las flores, no logran penetrar la barrera de mi olfato, que se niega a inhalar más allá de lo suficiente y necesario para vegetar. Las yemas de mis dedos han encallecido sin siquiera haber trabajado la tierra, la madera o el acero; simplemente, se forraron de una coraza táctil. Ya no sé lo que es el sabor, da lo mismo que sea azúcar o sal lo que discurra por mi paladar, hasta podría ser arena de mar. Y mi vista, cada día se nubla más y me condena a una gradual y caprichosa ceguera que me expone a la embestida de los avatares de un mundo desconocido que casi no veo y apenas presiento.
Ojalá, algún día, puedan volver a sentir.
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ojalá esos sentidos vuelvan pronto
gracias por compartir