El problema nunca fue escribir, fueron los sentimientos. Pero ¿qué haces cuando te quedas vacía? ¿Cuándo te da igual veinte que ochenta? Cabeza fría, cuerpo caliente, porque la sangre sigue corriendo su camino, al fin y al cabo, es su trabajo.
Es de las pocas cosas en la vida que es imprescindible, porque el 98% de lo demás es reemplazable, sustitutivo, sobre todo las personas. Cabeza fría, cuerpo caliente, batalla de razón contra sentimientos, ni uno ni otro ceden. ¿Cuál lleva razón?
Cabeza fría, cuerpo caliente, pero manos frías. La razón aumenta frente al sentimentalismo barato. ¿Frío o calor? ¿Cerca o lejos? ¿Aquí o allá? ¿Corazón o cerebro? ¿Cerrar los ojos u observar a tu alrededor? ¿Querer u odiar? ¿Todo o nada?
Corazón versus cerebro, al final todo se reduce a lo mismo, a la misma cosa:
Tu esencia.
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