… y esta carencia de ti, se transmuta en un vacío que me acompaña en todos los momentos de mi actividad consciente; se entremezcla, con astucia, en todos mis actos y los torna ineficaces; se entromete, furtivamente, en todos mis pensamientos, se sobrepone a ellos, los nubla, y atormenta mi mente sin descanso; reprochándome a cada instante –desde la insondable vaciedad donde se acuna- que soy un ser incompleto, que me falta algo, que me falta mucho… que me faltas tú.