Hoy, al igual que cada día de los últimos 6 meses me encuentro perdida,
perdida en días de rutina y noches eternas con mucho que pensar,
pero poco por hacer.
El mar, saca las olas para acompañarme y se lleva en esa brisa salada,
mis ganas de llorar, mis ganas de gritarle al mundo que me desmorono,
pero no puedo.
Dios, en él busco la respuesta que tanto anhelo, que tanto espero,
por la que lucho día con día y sufro cada noche entre las paredes de mi habitación,
pero nada cambia.
Yo, que tanto he dado y sacrificado para ser feliz, despierto en un mismo lugar,
sin paz, sin emociones verdaderas, cansada de mostrar un rostro que no me pertenece,
pero que ya no puedo dejar.
10 días que inician con esperanza y acaban con desespero,
500 noches que me dejan miles de temores que pensé haber abandonado.
95 lecturas relato karma: 34