No se siente para nada bien cuando tienes que retroceder, cuando una fuerza mayor ajena a ti, no solo te retiene, más bien se atreve a hacerte retroceder. La realidad es que la vida es un poco amarga, y cuesta tratarla algunas veces. Te trae de una cuerda y te arrastra al lugar donde de algún momento te costó tanto salir. Evalúas la situación y te convences de que no puede ser tan malo, re-miras y ves cosas significativas que te hacen pensar.
Pero esto no está tan mal...
Aquello se ve bien...
Esto lo puedo utilizar en esto otro...
Y lo ves de nuevo con otros ojos, intensificas tu nivel de positivismo y consigues maravillas dónde antes no podías verlas. Luego llevas tu vida, de nuevo pensando en grande, buscando la manera de como salir del oyó de nuevo. Te reinventas, creces, evolucionas. Tu vida se encausa y sigues adelante.
Es maravilloso, tú eres maravilloso. Nadie más lo sabe y a nadie más le importa!. I nogual no cabe duda que puedes con esto y más.
Pero a veces te sientas en el balcón, de pies hacia fuera, escuchando los:
Te vas a caer de ahí !...
Hijo mosca se cae...
Y cuando por fin la calle se queda sola y solo estás tú. Dibujando en el aire usando tus dedos de los pies respiras. Y ves dónde te encuentras y ves que tan fácil sería. No sé sabe aún si agradeces, o te lamentas. Lo que sé es que es un imagen algo melancólica aunque la escena desde ti sea pura luz. Respiras fuerte, profundo y piensas que fácil sería.
Te sacudes tus pies, te levantas procurando no perder el equilibrio y te vienes a dentro. Donde el la temperatura te calienta la cabeza y vuelven las ganar de afrontar las cosas.
Piensas, claro que la gente debe pensar que estoy loco. Lo estoy! Estoy en el filo de la ladera y cayendo a los lados se encuentran todos. Ya sea reinventándose sonrisas para encajar y procurando más sonrisas para que los demás encagen en su mundo. O siendo escépticos, teniendo la razón en todo y procurando que todo aquel razone y sienta desde la más cruel realidad de su mundo.
Yo solo estoy en el borde de mi balcón.
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