De repente al cerrar los ojos pienso en esas historias que tanto imaginé y me doy cuenta que están pasando de verdad, se están haciendo realidad.
Pero ahora tengo miedo de abrir los ojos por si todo ha sido un sueño, miedo a no estremecerme nunca más cuando lo siento tan cerca o a no volver a ver sus ojos cerrarse entre mis brazos.
Siempre había odiado ese estado que te deja un domingo de lluvia y ahora veo que no es tan malo si tus brazos me sostienen mientras me dices te quiero.
Debo admitir que esto es algo nuevo y que nunca había tenido una sensación así, porque nunca antes había tenido miedo a perder a alguien.
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