Él es luz, sale encendiendo los días.
Ella apaga los días y si faltase sólo habría oscuridad.
Él es ardiente, capaz de calentar por dentro y por fuera.
Ella es más sombría, y si la miras te puede hacer sentir frío y soledad.
Pero los dos brillan con toda su fuerza e iluminan, y mucho, aunque cada uno lo haga a su manera.
Estoy hablando del sol y la luna.
Cuando los miro no puedo evitar pensar que tal vez son hermanos que fueron separados al nacer y viven dando la vuelta al mundo buscándose mutuamente.
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