Hace mucho que he sido prisionero de una de esas historias que quizás te suene mucho.
Donde prefería que me fuesen rotos mis huesos y no mi corazón, heridas que sangraban constantemente y me hacían desear la inexistencia.
Lanzaba mensajes al universo para que alguien pudiera refrescar mi alma que estaba en llamas.
Como una vasija de arcilla, rota en pedazos, así estaba yo deseando que alguien viniera a rescatarme.
Estuve esperando y entre la larga espera ya me estaba entregando al profundo vacío, renunciando por completo a la existencia del amor.
Entonces fue cuando te conocí y con tu amabilidad llegaste trayendo luz a mi oscuridad que aparentaba infinita.
Me di cuenta de que el universo no sería tan cruel conmigo, ya que no me dejaría vivir sin conocer el amor verdadero.
Quiero estar contigo hasta que seamos viejos y canosos y acercarme cada día sin dejarte ir.
Y en esta nueva historia ya no soy prisionero de los traumas vividos, ahora soy prisionero de un amor infinito.
Robson Marins De Abreu
etiquetas: vida, aceptación, amor 126 lecturas reto8m karma: 32