Seguí tus pasos y seguí el camino,
hasta encontrarme en medio de la nada,
entre la niebla perdí los sentidos,
me senté a esperarte en la madrugada.
Tú no llegaste... però llegó el frío,
pasaron mil noches y mil mañanas,
esperé enmedio de un mundo vacío,
que llené de sal de enjugar mis lágrimas.
Me anegaron mis sueños incumplidos,
las ilusiones con alas cortadas,
y me llegaron a portes debidos
los anhelos que dejé en la ventana.
Un rayo de sol me anegó de alivio,
se coló en la bruma y me encendió el alma,
me otorgó la paz, me otorgó respiro,
y vi el color de una nueva mañana.
Y desde aquel día... cuando me miro...
me veo completa y no me haces falta.
Àngels de la Torre Vidal ©
02/06/2020
Obra de la fotografía: Colette Van Ojik (c)
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¡Bravo, bravo!
Saludos.
...
Un honor que te guste.