Era yo tan invisible, que aun teniéndome en frente sus ojos no me veían, yo quería tenerla entre mis brazos y estar en los suyos pero la sentía tan inalcanzable como el cielo azul, tan inalcanzable como las estrellas del firmamento; tan hermosa y radiante pero a la vez tan indiferente y tan cortante.
Por momentos sentía estar lejos de este mundo, pertenecer a otro planeta, y entonces tuve miedo, mucho miedo de quedarme invisible para siempre de que por más que lo intentara ni siquiera me mirara.
yo solo quería saber mi destino para ver si ahí podía encontrarla y entonces contemplarla y decirle que por favor me notara, que en silencio yo la amaba, que ansiosa en mis sueños la buscaba, queriéndole decir que también en los suyos me buscara que ahí estaría yo debajo de su almohada, bajo la luz de las velas con las ganas más fuertes de decirle que me enamore de ella.
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