Cabello oxidado
Torna naranja mis cejas
el óxido de mi pelo
mientras la lluvia recala
hondo y profundo en el pecho.
Ferroso pelo de hierro,
coraza dura,
mas débil,
quebrándose va en pedazos,
hilos churrosos, debilitados,
retazos de fortaleza,
ahora ruina,
decadencia.
Escudo de un corazón
bien cargado de afrentas,
se fractura
y va mostrando
un alma desnuda y tierna.
Apiádate de mis cuitas,
entiéndelas, buen amigo,
tragos amargos, saetas,
forjaron este destino
que se atisba desolado,
incomprendido,
casi al borde del abismo.
No aproveches el momento,
para lanzarme tus piedras,
colmadas de engreimiento,
de altivez frente a flaquezas,
son frugales las alturas,
cuando caigas ya verás
como el óxido corroe,
¿podremos hallar en ti
el candor de un alma recta?
Checha, 20 de junio de 2020
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