Sentado en las escaleras del ferro
Porque ya no aguanto ni mi peso.

Borracho vomitando en el trabajo
Porque nunca tengo freno.

No sé para qué te tiento
Si sé que luego
Siempre vuelo lejos.

Suerte que mordí en mi lengua
Aquel te quiero,
Luego nunca soy capaz de mantenerlos.

He perdido la capacidad de pedir perdón
Tanto como la de derrochar amor
O la de no malgastar el tiempo.

Ya no siento odio ni rencor,
Mucho menos envidia o celos.
Sé que este mundo es un foso de olvido,
Y que Epicuro era el único griego
Que junto a la mierda de Diógenes en el teatro
Tenía la razón.

El placer es nuestra única posibilidad de vida,
De velo al remordimiento escondido,
De ascender al cielo incinerados pero redimidos
Por llamas negras
De nuestro propio ardor.

Una pira,
Humo negro,
Y la serpiente de dos cabezas
Enroscada sobre la nuca
Formando con la cola
Un corazón.

*

Rheinn
- BeL. -