Sí, el caparazón viejo de andar
a tortugas,
pez poesía en los ojos;
de burbu¿as
y esteritas la casa hasta el mediodía.
El estanque nada
en el centro de la tierra;
de una piedra flota un hombre
y nada a solas
en las trenzas de un bosque
irremediable;
que mañana por los tumbos
el canto ruiseñor
desde una jaula eterna
otra vuelta
ojos de sicario abrazando
a oscuras,
y con devoción una plegaria
el grito a no sé qué dios
de oscuro panteísmo
en las manos
que se tienta de milagros
entonces,
habría que corregir
uno que otro rezo
cada mañana
o por las noches (si se puede)
Porqué
Porqué
porqué
41 sirenas cantan al oído al dios del trueno
mientras un corsario en un abrelatas no ha dejado de soñar.
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saludos
Martín Renán
saludos
Martín Renán