La tarde me refleja
en su cristal transparente
y voy y vengo
divagando.
Y un caudal de pensamientos,
sentimientos, emociones…
se queda en el aura de mis versos
suspendidos
que gravitan
como pompas de jabón
que el aire mueve
y cambia
constantemente de color.
Se deslizan frágiles,
etéreos
por la superficie vaporosa.
Arriba, abajo…
Se elevan, descienden
e ingrávidos se alejan,
explotan levemente sin ruido
y se disuelven en pequeñas partículas
de agua
y son la nada y el todo que me envuelve.
Luego, intento recoger sus restos
esparcidos y dispersos,
como si fuera tan fácil…
el reconstruirlos.
Como si fuera tan fácil…
diluir una pena
o un dolor
o pintar con palabras las emociones rotas
o coser los fragmentos
de los desgarros
y rellenar los huecos
a la soledad.
Como si fuera tan fácil…
empezar de nuevo y escribir
sobre un papel mojado.
Como si fuera tan fácil
recoger los añicos
de un poema deshecho…
…y recomponerlo.
Como si fuera tan fácil…
Mayo 2020
Foto: Pixabay
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¡Qué frase tan elocuente!
Luce sencilla, pero es muy profunda.
¡Te abrazo y te aplaudo!
Te agradecería que me tuteases, para no vernos tan lejanos...
Un abrazo, César.