Llevo tus versos,
a saborearlos
en las comisuras
de mi mente.
A los recovecos
del pecho,
mudo palpitante.
Los lamo al salir
de mis labios.
Se relegan
por los poros
en mi piel.
Timonean las curvaturas
de mi cuerpo,
y la gran morriña
a un amar pasado
estancado en presente
la tengo clavada
con estacas
en los cimientos
donde tú habitas.
Y me digo:
-Hay que dar gracias por lo vivido-
etiquetas: memorias 175 lecturas versolibre karma: 101
Llevo tus versos,
a saborearlos
en las comisuras
de mi mente.
Saludos.