Gracias por quererme,
me arropaban tus pestañas;
por escucharme,
tu atención encendía mi voz;
y tus besos...
nunca probé nada mejor.
Gracias por traicionarme;
probé mi propio veneno,
por marearme;
se aclaró mi confusión,
y al encerrarme
recordé que tengo alas.
Y eché a volar...
835 lecturas versolibre karma: 79
" Al final, la traición se convirtió en libertad"