...
Que escribo de la chimenea, posado
como un día desnudo en la historia de un día de rosas,
como mi más pequeño movimiento
Que he sentido el musgo en mis pies
pero no las flores en mi espalda.
Que me abandoné a la lluvia del verano pasado,
pero no al rocío de esta mañana.
Pues, que te digo
que estoy enraizado en un muro con las alas del viento
y que los pájaros ya no repiten mi nombre.
Que estoy en una esquina llorando y viendo morir el verano.
Que estoy con dudas sobre qué día escogeré para mi muerte
y estoy a la deriva, dejado con la sal y las banderas.
Que en vano se escucha el gemir de las frutas
y que las amapolas cortadas aún dan flor;
y que los días aún nos salen a vender sus dientes.
Pues, que me es imposible no recordarte
si desde mucho tiempo ya habías venido.
etiquetas: romántico 84 lecturas versolibre karma: 77
Abrazo