Que la voz de las madres toque el alma de los niños y niñas, que no falten las rosas rojas para coser alfombras y salir de los castillos de príncipes.
Quiero que un remolino de brisas nos traiga la vida divina y que la soberanía femenina cuide el mundo entero.
Quiero que el eco de las plazas rompa el hechizo que olvida las mujeres y crea lazos inhumanos.
Otro mundo es posible con palabras de hombres y mujeres bajo el mismo cielo.
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de paz y armonía de géneros.
Felicitaciones.