No llevaré más esta copa
a mis labios,
estas lágrimas rojas
arden en mi ser,
en mi corazón rasguñado.
Ya todo se irá y sanará
esta vieja herida en mi piel.
Volarán los murciélagos
dormidos bajo mi cabellera,
y no escucharé el canto
de las lechuzas de leche...
Ellas solo traen señales de
mal agüero y tristes recuerdos.
De aquellos niños muertos,
aquellas argollas de oro rotas,
y solo sangre en ríos formarse.
La muerte besaba mi frente,
Y yo solo podía añorarte...
Bajo muchas estrellas de nieve
en una noche oculta e imperiosa.
Ahí te quedarás
desamor,
te entierro
enfermedad,
no te oigo
tristeza,
no me encadenas
pereza,
no muero contigo
egoísmo.
Tiraré todas tus flores de papel
a la tierra y seré libre de ellas.
Por cada beso amargo,
cada insulto y violencia
que hicieron de mi vida insegura.
No llevaré más esta copa
a mis labios y no llevaré a solas
esta cruz rumbo al Golgota.
Hoy digo
sí con la fuerza
de una guerrera enamorada...
¡Oh mi espíritu se envuelve
en el aroma de la rosa y en el
incienso de
su palabra!
Poema recitado por Enid Rodríguez Isáis en Anchor y Spotify:
anchor.fm/EnidIsais/episodes/Guerrera-e93i48
Enid Rodríguez Isáis
Estados Unidos
Noviembre 20, 2019.