De repente la noche se hace hiedra
en los bordes de tu respiro
y la canela de tus labios,
aromatiza mi aliento,
en volutas de miel.
El lucero busca el tálamo
en la luna nupcial,
espera ver las corolas de tus ojos
como lámparas que acompañan los desiertos.
Y tu pecho, exhala una rosa púrpura
mezclada con el fuego
que germina en tus arterias.
Si el mundo hace filosofías
con tu piel edificada,
sobre cimientos de caricias robadas,
entonces yo te amo,
así decreto mi demencia por ti.
En los más tenebrosos piélagos,
dejo caer esta pasión perdida,
entre las ramas de tu bandullo musical
y son aciagas las horas
cuando no siento llegar tus temblores;
hasta el silencio deja sus sandalias
en el último, escalón de la noche.
Te quiero, acá, entre el lino álgido
de tu cabellera vaporosa
y los límites de mi boca que invitan a tus labios
a un vals de besos clandestinos.
Deja que explore la oscuridad que te ciñe;
de ella emergerán hadas de luz dorada
que bautizarán tus pechos,
cuando una golondrina desnude mi barca.
Yaneth Hernández
Venezuela
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No es por exagerar pero me encanta cada publicación que subes, BRAVO!!!!!