La desidia, el olvido,
la sordera insistente de la rutina
se disputan la vida del ahogado,
blanquean su conciencia con un donativo,
pero el ajuste de cuentas soñado
aparece entre jirones de poesía.
No te olvides,
no renuncio a la batalla,
no me doy por vencido.
Seguiré soñando versos
que abrirán tu corazón
enmohecido.
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Abrazos.
Saludos cariñosos, Maria Mercedes
que parece volar
Bonito de leer
Una crítica social y un rayo de esperanza, mi interpretación subjetiva