Odio la poesía como el que más
me sale al paso
me inquieta
me desnuda y desvela
deja mi alma ensangrentada
sobre el barro de un camino
intransitado
aunque a veces
raras veces
apoyo mi cabeza sobre su pecho
acaricias mis sienes
y me susurra respuestas veladas
que me hacen vacilar
Cuántas veces habrás sido mi confesora.
¿Recuerdas cuando me acercaba a tu orilla?
Sin mediar palabra escuchabas mi mirada
que lo decía todo al arrullo de tus olas.
Hoy te echo en falta.
Sigo necesitando la paz que me dabas
porque aún hablo con la mirada,
pero como tú nadie sabe calmar mi alma.
Contigo no pasaban las horas,
ni escuchaba el mundo que me angustiaba;
contigo era feliz sin aditivos ni falacias,
solo el silencio hablando de nuestras cosas.
Quise ver que no te quiero,
quise probar que sin ti puedo,
quise acariciar a solas el cielo,
quise escuchar al silencio,
quise percibir otros sentimientos.
Cinco sentidos, y sin ti nada siento.