Profundo e intenso dolor
que se extiende,
cual catarata que alcanza
todos los rincones del Alma.
Angustioso respirar
aferrado al amoroso recuerdo
de un pequeño y dulce pescadito.
Taciturno amanecer
que no traerá la luz consigo;
no existiendo sol capaz
de entre tanta oscuridad,
alcanzar a clarear el día.
Cielo bañado en lágrimas;
y entre la vegetación,
tristes girasoles
han perdido su color.
Y no hay retorno;
con la maldad al acecho
al pececito se le impidió nadar.
Y el río se quedó sin agua
ocultándose reseco bajo los pies.
Ahora sabemos que Gabriel voló;
y junto a otros pescaditos
luce ya como una estrella,
nadando entre nubes de algodón.
Publicado en la Asociación solidaria cinco palabras:
cincopalabras.com/2018/03/11/escribe-tu-relato-de-marzo-ii-el-actor-y-