I.# Fue como descubrir la inmortalidad en un solo gesto de sus manos, acariciándome tan dulcemente las mejillas, que pude sentir sus labios incluso antes de besarme.
II.# El Olimpo se convirtió en un pequeño montículo en el terreno, pues ella, hizo que nos alzáramos por encima de los mismísimos dioses.
III.# Anoche tus ojos volvieron a abrazarme, a sostener mis esperanzas, a guardar mis más profundos secretos.
IV.# Nos conocimos donde el tiempo no acontece, donde la Luna viste tachuelas de estrella ardiente, donde nada envejece; en los confines de nuestro efímero recuerdo.
V.# Él, era hielo cegador. Ella, rayo fulminante, fuego sanador. La casualidad, los hizo coincidir, y hielo y fuego acabaron fundiéndose en un mar eterno de fulgurante brillantez.
VI.# Como el frio acero clavándose en mis costillas son tus ojos olvidándome, son tus labios ignorándome, es tu amor condenándome a muerte.
165 lecturas prosapoetica karma: 90