No sabría que decir, así como a veces no puedo ni pronunciar tu nombre.
Que fue de nosotros en esas noches, breves, escasas de sueños. Pero nos teníamos, y nos abrazamos con sabor a eterno, aunque el amanecer nos despidiera más pronto cada vez. Ibas y venías, me besabas, desaparecias.
Y yo te esperaba siempre, paciente o resignada no estoy del todo segura, para que vinieras con tu sonrisa enamorada a decirme dos o tres palabras -con suerte- que me extrañabas.
Que importa si nos ven a veces, si me tomas de la mano a oscuras, así no se note que te gusto, que me quieres, que hacemos el amor con locura y que nos vemos a los ojos prometiendo nos nada pero entregándonos todo.
A eso sabían esos días entre tus brazos.
Y te fuiste. Corriste lejos de nosotras, de ti de mi y del amor, de los sueños pero más aún del mañana porque a veces no hay lugar para los sueños nuevos en los moldes viejos que arrastramos a la espalda.
Eleanor Baker Marzo. 2017.
62 lecturas prosapoetica karma: 51