Estalla la aurora en un sinfín de partículas que caen sobre la arboleda cual rocío matinal. Y el sol insolente a gritos de luz les dice a los árboles: ¡despierten! Y los ojos de las hojas en la espesura se abren ante el alborozo, sus ramas se desperezan y los labios en las flores se unen a los picos de las aves y al murmullo del arroyo. Retumba la algarabía en jubilosa comunión de la natura. Y entre voces, trinos y susurros, elevan una plegaria que viaja hasta los confines del universo infinito, dando gracias por la hermosura del nuevo día.
Despierta el bosque.
Alba primaveral
en armonía.
343 lecturas versoclasico karma: 104