Ese rayo retumba en mi cabeza,
abre paso al tormento,
una voz que no piensa,
y no me deja ver su luz.
¿Es el diablo que me tienta?
¿Y mi tormento?
Es ese cuerpo inalcanzable solo amigo de los dioses..
Aires de grandeza hacen mis días nublados,
que se espesa con la gruesa mentira de mis pecados;
espero que se pose, que goce con la elocuencia,
de un verso de alguien que no sabe que decir..
¿Que puedes saber tu, de mi,
que no sepa yo?
Quizás que vivo en una nube,
para evitar que dure el dolor.
El espesor de una coraza rota
por gotas de agua,
unas botas de un sargento
que en su propia guerra se enterró.
Un barómetro que late,
un perímetro inseguro,
pues reside un constante combate entre sus emociones.
Es un debate de sensaciones,
que hostiga sus pasiones,
y como mil chaparrones de ira,
castiga sus razones..
Míseras legislaciones de mis acciones,
mis aviones no llegarán a buen puerto,
puesto que la tempestad arrastra recuerdos,
palabras que me hacen perder el norte.
Torpes acontecimientos son chubascos y mis muros quedan inundados de inseguridades,
sufren atascos..
Pero el viento los empuja,
y las obliga a salir de esa burbuja,
que con ascos y alegría,
sin estragos ni sonrisas,
me dibujan al yo que pude ser algún día..
Quien vendería su pasado,
por un futuro inesperado,
deseando no estar en el ojo del huracán,
Quien vendería su ilusión por dormir a su lado,
tansolo un haragan, con amores desesperados,
que tras haber buscado en los rincones,
y no haber hayado nada,
acabó nadando en mares de desesperanza.
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