En noches oscuras, de silencios espesos
vivo, siento y pienso, en silencio,
en silencio oigo como me hablan las palabras
palabras rotas, ahogadas, clavadas
con mil alfileres, que aguijonean mi cabeza
un silencio oscuro, un silencio sordo,
son mis propias palabras que me punzan
y me hablan de guerra, racismo y odio
nacionalismos, sangre, furia y violencia.
Me hablan de la vieja Europa
de sus hijos, que como niños pervertidos,
esclavizan con las sobras de sus mesas,
a los hijos del tercer mundo.
Me hablan del sonido de las monedas
que caen y marchitan las almas de los hombres.
Me hablan en un silencio agudo
en el silencio de silencios
en el silencio de las víctimas, sí victimas,
ahogadas, sí bajas, en la arena tiradas
de niños gaseados, cuerpos mutilados,
los Sirios velan y penan las difuntas almas
de sus bajas, en silencio, me avergüenzo.
Inmundos gobernantes, se reparten
las sobras de un bufete lleno de lágrimas
dragones azules estrellas amarillas
de sus bocas sólo esputos amargos
que sacrifican a los pueblos hundiéndolos
en terribles abismos, infiernos de dolor
en orgías de miedo carne y sangre.
Gobernantes que mienten,
nacionalismos que someten
hombres que despojan
a otros hombres de su humanidad,
un día los silencios se conviertiran
en gritos, en chillidos, chillidos de LIBERTAD.
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