Con la formalidad cuadrangularizada de una bellota elíptica
esa roca de allí respira
sin ojos, parece que me ve.
Se centra pesada en sí misma
con su equilibrio de yoga
su aparente paz exterior.
Adentro
borbollea el arremolinado maremágnum
torbellino de atormentadas almas
que caotizadas giran
en el carmínico color de la sangre.
La roca susurrando me llama
su poder me seduce
el horror de su génesis me asquea.
La pregunta es:
¿Yo, creatura —si confabulan en mí a favor las cosas— acaso tengo derecho de igualarme a Dios?
¿con esa libertad que aterra?
¿con esa frialdad decisional que te permitirá cortar sin remordimiento los auríferos hilos del alma?
¡No sé?...
Me quedaré aquí
todo polímnico —punzando el dedo la barbilla—
magullando el asunto
un rato pensando.-
@ChaneGarcia
...
114 lecturas versolibre karma: 88