Suéltame, déjame ir,
este es mi momento,
a favor del viento.
Únete, prueba a subir,
al rebufo puedo
remolcarte al cielo.
Soy un coche de carreras
que no quiere entrar en boxes,
soy voraz como una estrella,
ves detrás porque te come.
Soy fugaz, no me contengas,
más si crees que me conoces,
esa brizna de la hoguera
que te prende con su roce,
que hasta la Luna se eleva
harta de tantos calores,
buscando su propia senda
alza el vuelo sin temores.
Un guepardo tras su presa
con alardes de conciencia.
Soy arcoíris de colores,
no de siete, de millones.
Voy cargado de ilusiones,
miro atrás y no interesa,
si en mi ruta te interpones
entrarás fijo en barrena.
Y si es corto pero intenso
la verdad, ya no lo pienso,
soy un bloque de agua inmenso,
que no cede ante el terreno.
No me pares en lo bueno,
no podré por más que quiera,
mi tranvía del deseo
va directo hasta su meta.
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