Fantástica “libertad” que nos ha tocado. Tantos días de confinamiento: “Si puedes quédate en casa”, ya no hay paciencia ni humano que la aguante, las autoridades no pueden contener la presión social, hay que salir del confinamiento, pero discretamente, poco a poco y de repente… “boom”; la sociedad sale como avalancha, como si las casas se fumigaran y todos salen,,, vaya¡ vaya¡ ya me brinqué la valla…
Salir de casa estrictamente si es necesario (¿?)
Ya me cansé de la televisión y la radio.
salgo y me encuentro con filas por aquí y
filas por allá, lo único bueno es que no tengo
que hablar si me encuentro a alguien de mi vecindario.
Y encima de este incómodo
cubrebocas, todavía soportar las caras
largas de los vendedores, que en vez de
agradecer que tienen un medio de sustento,
te entregan las cosas como si te hicieran gratis los favores.
Atienden con descontento, pero no te puedes quejar
con el gerente. ¿ Qué ganas si no ganarás ni un un descuento
-Ja ja ja- con sarcasmo me río: mejor invento otro cuento.
Las mercerías no se dan abasto, pues a las señoras
les dio por hacer manualidades, sin pensar que
tardarían haciendo fila y ponen en riesgo
al dejar solos a sus chavales.
Las tiendas de materias primas para confitería, vaya
que esta pandemia les ha caído de maravilla, la nuez,
el piñón y el chocolate, son los principales ingredientes
para hornear postres hasta hartarte, de las viejas recetas.
Por cierto, he ganado unos kilos de más.
¿Por qué será, debería preocuparme?
Las farmacias? Ni se diga, con toda esta algarabía
Pero no de contento, si no que parece toda
Una verdulería. Y los precios, suben todos los días
Qué desdicha¡ Ya me gasté hasta lo que no tenía.
Y mi patrón, me ha dado unas vacaciones forzosas.
El seguro de paro, no cubre mis necesidades,
esto me causa vergüenzas, pero aparento
otra cosa, sé que estoy quemado, pero digo que esto no me arde.
Mientras tanto me tiraré debajo del árbol
que está sobre mi vereda, no quiero trabajar honestamente
aunque sea en mi casa, esperaré si alguien aunque sea
me tira unas migajas y maquino en mi mente a quién causarle
problemas, porque estoy de caza.
A este grave problema mundial, no se le ve buena pinta
no creo que salgamos ni para cuando coseche de mi quinta.
Debo tener ojos hasta en mi espalda,
los rapiñeros no duermen, están a la expectativa
para robarle al que se descuida.
Ya me cansé, porque esto parece que no termina
y mis dedos escriben y escriben y las hojas virtuales
de word Office, son interminables.
¿Para dónde ir? ¿A quién hacerle caso?
De verdad esto es el inicio de un caos, pero
no decaigamos, arriba el ánimo, otros países se
han recuperado, y hasta se ofrecen al auxilio.
Amigos, hermanos y conocidos, un bien les deseo
a todos, aunque no estamos ninguno exentos
si tenemos vida, hay que estar contentos.
Y que el confinamiento, lo veamos como algo
relativo, algo transitorio o temporal, como dicen
los gobernantes y hasta mi marido. Ya me callo pues
debo hacer los quehaceres, y además porque ya
pronosticaron un gran temporal y la energía puede fallar.
Hasta pronto¡
Letizia Salceda,,,
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