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Inocencia

Extraño tu inocencia
con la que desconocidas el mundo
y me quitabas la ropa
temblorosa

perspicaz
sonriente pero valiente
segura de darme tu luz
y entregarme tus oscuridades,

extraño tu inocencia
la que fue robada
por las garras inequívocas del destino
tomada

ultrajada;
y ahora que te vuelvo a tener
eres galaxia inexplorada
a punto de explotar.

-R.Vela.
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Maldito hilo rojo

Sentía cuando conectabas conmigo,
hoy lo hiciste de nuevo,
me venía tu imagen a la cabeza llamándome…

se me abría el pecho
y al ritmo de mi respiración,
tu luz entraba sin permiso
destrozando a su paso
mis bonitas murallas,
que tanto tanto,
me habia costado levantar.

Pero lo siento, está vez no puedo.
Sé que eres tú quien tiene
y tendrá siempre
el otro extremo de mi maldito hilo rojo,
pero ya no puedo…

Marisa Sánchez.
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Lo llamé destino

Era el lugar perfecto,
y es que yo no quiero París.
Usted tiene el destino perfecto
donde me gusta vivir,
donde siempre vuelvo,
donde las coordenadas pierden sentido.
Me gusta llegar ahí, a ese sol en una mañana,
que jamás creí que llegaría.
Ese destino indudable de creer y tal vez perder viviendo, pero decidido a morir creyendo en el todo, con la valentía de decidir cuándo, cómo y por qué sin escuchar al para qué.
Ese lugar palpable que no se comparte con nadie, donde se pierde la frontera y que requiere valor, porque sabes que te vas a quedar en el para siempre.
Y puede parecer un sueño todo lo que digo, o mas bien letras sueltas
Y....
Sí, yo también soñé con vaciar el alma y llevarme toda la arena de su playa y habitarle el corazón arrasado.
Y cierto; sigo queriendo y ansiando quedarme a vivir en ese lunar de su espalda, al que llame destino.
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1comentarios 152 lecturas versolibre karma: 26

A los míos

Si algún día me faltan los míos, mi camino ya no tendría sentido. Perdería el valor para conquistar el mundo y hacerlo mío.

Si algún día el destino me aleja de los míos, ¿podré seguir existiendo?
Lo intentaré sin más remedio.

Mientras tanto prometo ir memorizando cada momento para coleccionarlos en un lugar que llenaré de recuerdos.
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Tu diario

Hoy es el día que no querías vivir,
pero se materializó en tu diario.
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Me sobrevivo parpadeando mi destino

Me sobrevivo parpadeando mi destino.
Separando el dolor de mis lágrimas saladas.
Caminando a pasos no tan firmes por un bosque oscuro y húmedo.
Soportando las caricias de la lluvia fría.

Con las manos atadas al pasado a tal grado de no poder detener la caída.

Aguantando los golpes duros de la vida.

Salpicado momentos de desdicha.
Apretando los dientes tan fuerte que no se distingue el sigilo de la ruina.


Me sobrevivo parpadeando mi destino.
Con la vista fija en la salida de un futuro lleno de esperanza.

A pesar de las nubes cargadas de desdichas.

Se que pronto lloverá sin la rabia infinita.

Me sobrevivo parpadeando mi destino.

Porque no existe el destino marcado.
Todo se construye en el momento.
Con las decisiones que te llevan al sufrimiento o a la dicha.

Poesía
Miguel Adame Vazquez.
11/10/2014.
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Peregrino

Esta baldía soledad poblada
que aletarga el batir de mi aleteo,
este vagar sin ir, este paseo
por la orilla de un alma atormentada,

me dicen que, de todo, apenas nada
paró en dogma de aquello en lo que creo,
en tesoro de aquello que poseo
o en sueño placentero en mi almohada.

Y es que viví cual ciego peregrino
poniendo en mi viajar todo el empeño
por afrontar el rol de mi “destino”,

y me dejé olvidado tanto sueño,
tanta canción de amor por el camino,
que hoy apenas de nada soy ya dueño.
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Pronombres

Ella no sabía porque debía aprender sobre la crueldad; Él en cambio, no sabía por qué debía aprender sobre las emociones. Ambos habían vivido una vida entera sin esos conocimientos. ¿¿Por qué ahora era el momento?? ¿¿Por qué ese alguien al que llaman Destino, notó que les faltaba esa lección??
Ella comprendió que podía ser como los demás, agresiva, posesiva, más sobreprotectora que el promedio de los mortales, que podía ser letal causando un rasguño al pasar. Él, que había algo más, que podía ser distinto, que a todo podía llegar.
Ella trató de entender y se perdió en explicaciones. Él, igual.
Ella se esforzó por volver a armarse de todo el coraje para intentar creer y confiar nuevamente. Él no podía, nunca lo había hecho, no sabía por donde comenzar.
Ella supuso que el tiempo era eso, un reloj y una escoba, un enorme monstruo de rutina que alimentar. ¡¡craso error!! Él, corría el tiempo aunque le llevara la delantera a la velocidad de la luz.
Ella no era víctima de sacrificio, sólo una parte, la que había entregado. Él, tampoco, aunque a veces le gustaba sentirse un inmolado verdugo.
Ella escuchaba y consentía. Él, era el silencio en el que se escondía.
Ella no pensaba. Él no sentía.
Ella era tan Él, que Él no lo presentía.
Él era tan Ella, que Ella se moría.
Ella. Él.
Nada, sólo pronombres con nombre y un tiempo en común.
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Perdidos

No se cubre de sol en los días pares,
ni disfruta caminando por las calles desiertas,
en cambio se pone un abrigo de lluvia
y se extravía entre la muchedumbre gris
en busca de un ambiente que no esté viciado.

Tiene tatuajes como ramas de árboles,
en ocasiones es incomprensible,
turbia, ambigua
y se pone a leer para escapar de la reflexión,
nunca asiste a las citas de los bares sin flores,
colecciona viajes sin billete y sin fecha
y guarda un plano de itinerarios marcados
que lleva por confusos caminos desconocidos
e impide retroceder.

La vida no nos nombra,
nos desatiende por completo,
tan sólo se aproxima
cuando no la reclamamos
para hurgarnos en las entrañas.

La vida,
mala actriz de mil rostros distintos,
la bruja que diluye pociones en nuestra carne
y desencadena estallidos,
delirios, insensateces.

No avala, no pronostica,
no nos avisa
tan solo nos empapa
como esas lluvias de noviembre
y nos abandona en el camino
como insomnes,
sin brújula,
perdidos.

Canet
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Crepúsculo

(El último suspiro soy del día;
se acerca el cazador de mis fulgores.
Me espera una pérfida agonía...
mañana vengaré mis estertores.)

El tibio resplandor de mi partida
atrae los preludios de tu mundo.
Sombrío visitante, eres la noche,
volviendo como siempre al viejo rumbo.

Conoces de memoria mi camino;
a tientas, temblorosa, te rechazo.
En silencio decretas mi destino;
recibo en pleno pecho tu flechazo.

Te adueñas de mi luz y de mis sombras,
invades los espacios de mi cielo.
Enigma de la noche inexorable:
no se si traes calma o traes trueno.

Me llevas a tu extraño laberinto,
atrapas uno a uno mis destellos.
Y, a ciegas, ya no tengo más opción
que confiarme al designio de tus sueños.

Ya siento cómo cae tu rocío,
Devoro sus diamantes con locura.
Mas pronto no podré con su abundancia,
la tierra beberá de su frescura.

Cuando acabes con el brillo de mi luz
y de mí queden solo algunas huellas,
hasta el alba, quiera o no, sé que seré
una más de tus pálidas estrellas.
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Rosa de los Vientos

No se qué viento azota mi camino,
si le guía la Rosa de los Vientos,
solo se que no encuentro mi destino.
Unos como el Garbí, térmicos, lentos,
otros fríos y secos, como el Cierzo,
que te recluyen en tus aposentos.

Hacia el Este avanzo con mucho esfuerzo
si de frente me viene el de Levante,
soplando el Huracán…, solo retuerzo.
Llega el frío, el Biruji es muy cortante,
pues prefiero el Céfiro cálido, suave,
florece en primavera y es elegante.

Que del Norte venga Boreas es clave
para sentir este frío invernal,
Cecias sobre el mar, destroza mi nave,
arrojando ese granizo infernal.
Si llego por tesón al noroeste,
nada me libra del feroz Mistral.

Buscando en el cielo un cuerpo celeste,
que el atroz Vendaval ha despejado,
más la senda que indica es muy agreste.
Este aire fatal me ha trastornado
ya sea la Tramontana o sea el Siroco,
un viento sofocante, húmedo, ahogado…

Calienta mi cabeza, me trae loco
me llena de polvo, como el Solano
es recargado, excesivo, es barroco.
No se, ¿será el Abrego castellano
el que a su abrigo de cobijo a mi alma?
pero si marchar por el mundo ufano
quiero, yo necesito un viento…en calma.
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Cruce de vías

Y ahí estaba yo. Plantada como un árbol frente aquel viejo cruce de vías. De pie, con los brazos colgados y las pupilas clavadas en el horizonte. Con el motor del coche en marcha, la puerta abierta y la radio encendida. Sonaba Blowin’ in the wind de Dylan.

How many roads must a man walk down before you call him a man?

Y yo tenía que decidirme. Desencolar los pies estáticos del asfalto. Dar un paso adelante o atrás. Subir al coche y dar media vuelta o superar el cruce y avanzar.

Rumbo al norte o al sur. Al este o al oeste. Cómo se puede atinar con la dirección correcta si desconoces el destino final.

La carretera frente a mí parece salvaje. Un sendero sin asfaltar, sin señal ni indicación alguna y con una empinada pendiente que no me deja ver más allá.

Recoveco incógnito.

Desconfiados, mis ojos se sienten atraídos por el camino que avanza hacia la derecha.

Una carretera recién asfaltada, con líneas perfectamente perfiladas sobre la calzada, con cuentakilómetros e indicaciones a ambos lados del tráfico. Puedo escuchar incluso al público situado a ambos lados de la acera animando a los participantes. Quizá sea el camino adecuado porque todos aplauden.

Nada que ver con el callejón de la izquierda. Frío e inhóspito hasta la primera curva que alcanzó a divisar. Sin coches ni peatones en la calzada, apenas distingo las líneas desdibujadas sobre el asfalto. Solo llego a precisar marcas de frenos, señales dobladas por el viento y algunas piedras y cristales sobre el arcén.

Temerosos, sin yo quererlo, mis ojos vuelven la vista hacia atrás.

El camino de regreso se descubre ligero, estático, en calma. Las líneas de la carretera se desdibujan desgastadas y algunas señales están parcialmente borradas por el paso del tiempo, pero son visibles. Reconozco cada coche, cada peatón, cada piedra e incluso el tramo exacto donde un obstáculo irrumpe la calzada.

Vuelvo la cabeza. Me siento. Me acomodo. Me quedo quieta y espero.

Inmóvil en medio del cruce, pienso que si se descubre el sol quizá pueda ver más allá de la curva de la calle de la izquierda.
Que si entre el público de la calzada derecha alguien repara en mí vendrán a buscarme.

Que si amenaza un vendaval quizá el aire me empuje hacia el sendero de enfrente.

Que si empieza a llover tendré que subir al coche y regresar.

Pero nada pasa. El aire baila y las nubes acarician el cielo con un lento vaivén.

Sin trastorno ni socavón, espero.
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Mi libro

Mi libro quedó abandonado
mi libro quedó ya dormido
después que tú lo tocases
con las manos del destino,
y se quebró mi esperanza
y se rompió mi delirio,
con sus letras escondidas
entre frases sin sentido,
aquellas que ya se perdieron
aquellas que nunca leímos,
palabras con sangre tejidas
con la tinta del olvido.
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7comentarios 286 lecturas versoclasico karma: 83

Bruja de bosque

Una lluvia de bendiciones con deseos almendrados causando una sonrisa en almíbar.

Mi cabellera de hojarasca ahora se encuentra confitada y revolotea ansiosa como medusa en el agua.

Los arándanos provocan el arrebol en mis mejillas, me perfumo de azahares, y me visto de jade con notas de alegría.

Una poción de hierbabuena, romero y albahaca difumina mis pesares.

Mi coleóptero corazón se nutre del néctar que bebo por las noches, fruto de la esperanza y recolectado por pequeños seres de luz.

Pizcas de canela caen sobre mis tardes de quimera.
La sombra negra siempre nocturna es cercada por un ejército de luciérnagas.

A lo lejos una voz de amaranto me recita poemas.
Yo le respondo con cuentos hasta que nace la noche…
Incorpóreos noctámbulos danzamos con fulgor.
Vibramos jadeantes en éxtasis crispando nuestro ser.
La magia indómita de mía-tuya esencia disfruta anidarse y dormirse en nuestra alma.

Mis manos buscan presurosas encender el incienso de los rituales y preservar el límpido secreto.
Mis pies se posan sobre la hierba fresca listos para iniciar un anhelante sendero.

Envuelta en un capullo hilo mis sueños
mientras el ébano de mis ojos titila lustroso agradeciendo la exaltación de mis emociones,
el palpitar fogoso de mi salvaje espíritu,
que se aviva al alba,
y se enjuaga con el rocío…

(Junio 2015)

Imagen de la artista Tamara Adams
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6comentarios 209 lecturas versolibre karma: 78

Quizás, te diga adiós

Y te esfuerzas por escribir
en las páginas del destino,
─que parecen en blanco─
con una pluma necia
que dibuja versos rimbombantes
que para ti dicen todo lo que sientes;
y para algunos dicen algo,
y para muchos es como oir llover,
y para ella no dicen nada.
Y con esa tu terquedad,
aras en el mar,
haces castillos en el aire,
persigues el conejo de Alicia,
y hasta combates molinos de viento
que nunca fueron tus enemigos.

Con el tiempo notas
que todo lo que escribes
en esas páginas se evapora
y emergen las verdaderas palabras
que estaban escritas para ti,
como con tinta invisible.
Y quizás ese adiós
que ahora emerge
es y era inevitable,
inquebrantable e irreparable.
Y notas que está escrito
con la misma caligrafía del adiós
que hace tiempo,
pero hace tanto tiempo, nos dijimos;
un adiós sin lágrimas,
pues las primaveras
aún no habían
roto todas sus promesas,
y los soles de multitud de veranos
aún estaban por nacer,
para luego morir, como siempre.

─No es nada personal ─me dices.
─Se nos fue la vida deshojando margaritas ─reflexionas.
─Es destino ─concluyes.


@SolitarioAmnte / viii-17
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Tras el umbral

Mirada perdida
vacía
sombría
soledad forjada
tras huellas quebradas
en la lejanía
guiando sus pasos
unos pies descalzos
en grietas abiertas
supuran ;
alerta !

Al anochecer
en frío cartón;
no hay lazos
ni flores
ni notas de amor
sus huesos quebrados
no obtienen descanso
es el duro asfalto
mojado en su llanto.

Vergüenza vestida
amanece el día
disfraz de vaquero ;
no hay látigo
ni cuernos
ni montura de cuero
tan solo un sombrero
que yace en el suelo
hay tripas vacías
gimiendo por dentro
y piden consuelo.

Y así día tras día
un espíritu más
qué pocos verán
y muchos, ignorarán
encarcelado trad el umbral
por el qué quizá ya nunca
volverá a pasar...


@rebktd
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Señorial destino

¿Qué me reflejas
espejo de la vida
desde tus ojos líquidos?

Estoy mostrándote
tu devenir futuro,
señorial porvenir.


@SolitarioAmnte / viii-17
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4comentarios 236 lecturas versoclasico karma: 84

Se Ama antes de Coincidir

Y seremos un anhelo
seremos sólo un sueño
hasta que seamos destino.
Y es que se ama
antes de haberse conocido.
Y es que se ama
aún antes de coincidir.

MMM
Malu Mora
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5comentarios 161 lecturas prosapoetica karma: 96

Destino o Casualidad

Éramos del mar, del viento,
de cielos y océanos inmensos
de un azul profundo intenso,

A veces éramos dos, otras, solo uno,
a veces eramos temporal
otras apacible mar.

A veces éramos destino
otras sólo casualidad.

MMM
Malu Mora
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15comentarios 743 lecturas versolibre karma: 94

Tiempo

Finos hilos de porcelana
tejen un enjambre en el tiempo,
en silencio, sssh,ssshh, calla
los gusanos van tejiendo.

Tejen los destinos de los hombres
tejen tu destino y el mío,
nos colapsan, siii, siiii, mientras dormimos
nos dejan o nos apartan del camino.

Vamos cojos y ciegos de muerte
hacia la hoguera de espinos
como en una parada militar
marchamos hacia el suicidio
algunos marchan con flores
otros, los más ciegos,
con el corazón en las manos
mueren con honores,
son canonizados,
no saben que Dios derrama su gloria
por igual a todos los condenados.

Otros, encuentran el camino
nacen con votos de tristeza
pero forjan su destino,
aman y sienten, sufren y mueren
quemados en la hoguera .
Con sonrisas en el alma
han vivido a su manera,
como fugitivos de la vida
del seguro destino,
yo soy fugitivo,
por eso sueño con palabras
por eso las escribo.

Camaleontoledo*
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9comentarios 187 lecturas versolibre karma: 97
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