Dale oportunidad a la poesía;
que sienta a través de tu ser,
que hable,
deja que su sonido se oiga
como el aire
deja que la velocidad
lo produzca.
Deja que llene de paz tu alma,
siente que viene del más allá
del misterio ancestral
y de lo que está aquí
y no se puede explicar.
Que las oscuridades de tu niñez
provoquen el miedo,
y que la soledad de la ausencia
despierten tu inconformidad...
tu rabia.
Y renuncia
que tu alma dirija la mano y la pluma
para escribir poesía.
Que tus lágrimas sean como tinta
que escriban tus recuerdos de dolor y de pena
y la alegría de tu niñez.
Que nada te detenga;
ni la luz ni el ruido
ni tu mundana vida,
ni tu estúpida realidad incomprendida,
que seas tú y tu tiempo,
o mejor
tu no tiempo,
lo que haga la poesía.
Abre la puerta
a tus sentimientos de amor escondidos,
que el valor y la candidez de tu corazón
griten a través del escrito...
¡te amo¡ ¡te quiero! ¡te necesito¡ ¡soy feliz! ¡quiero ser¡...
Que la poesía te exprese
hasta que tú seas poesía.
Que se fundan los dos,
como un todo
y como una nada,
que tu visión sea una llanura interminable;
o mejor
que no sea llanura,
solo un algo
o una nada interminable.
Que puedas viajar,
ir y venir
sin miedo
sin tiempo
sin ataduras...
ni pena ni gloria
solo tú...
ser poesía.
Que el escribir se haga poesía
y que ella sea quien te haga escribir,
hasta que vuelva a hacerse una sola cosa
o mejor,
una sola nada.
Lisemelino
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