Solo catorce versos hay que hallar
pero apenas tengo trece minutos
para de este árbol aún doce frutos
(de once sílabas cada uno) tomar.
Alguno de diez se quiere colar,
que la tabla del nueve en institutos
aprendí ¡y repetí! pero estos putos
sonetos son un no parar de contar.
De encima me he quitado los cuartetos
y de repente la rima ha cambiado:
cé-dé-cé, cé-cé-dé… ¡estoy mareado!
¿Pues no eran más fáciles los tercetos?
Por suerte estoy a dos versos de mi hado,
un esfuerzo más y está terminado.
Foto: nutmeg66 (
flic.kr/p/xm7uy).