Cuando uno era
más joven y más tonto, esperaba
ese golpe de belleza que te inspira
el poema perfecto.
La tenía, la tenía...
Mas era de locos.
Ay, molinos con ínfulas de gigante.
Ya no quiero ser el héroe
de un imposible.
Quisiera liberarme de esa quimera,
como el oro desprecia la avaricia.
Toda la poesía
suena complicada,
pero no lo es.
Y ahora, que la noche y el arte
me encuentran solo y más viejo,
todo es esperar, oír
la alta literatura de tus pasos
tras la puerta de casa.
etiquetas: hogar, amor, el poema perfecto, belleza, inspiración 605 lecturas versolibre karma: 85
Ya he llegado a ese punto en el que descubres que lo importante es vivir una vida sencilla, y escribir para ella, y para mí.
Todo lo demás -que decía Rimbaud- es literatura.
Abrazo
Fuerte abrazo