Así como comienza el dulce canto,
inocuo en apariencia, cruel engaño,
a la mente febril consume el daño,
¿quién pudiera prever tal desazón?
Así consumes tú mi alma sangrante,
que empieza plenamente en alborada,
terminando inefable, malhadada,
en mil pedazos hecho el corazón.
Alda
etiquetas: alda, poesía, arte mayor, endecasílabos, octava italiana, aldanálisis 116 lecturas versoclasico karma: 93
Poema con estilo y elegancia!
Hermoso!!
Abrazos, Alda!
Abrazos
¿Dónde se van los poemas que no se leen?
aún me tiene reflexionando y suspirando.