En la intimidad del coche,
el motor al ralentí
silba una melodía pegajosa
que flota unos segundos.
¿Qué perdiste amigo?,
¿tu reflejo en el espejo retrovisor?
Apoyo la cabeza, cierro los ojos:
clamoroso silencio interior.
Aprisionado en este universo miniaturizado
que gira y suena sin cesar,
un silencio perturbador me despierta.
Me pone en marcha.
Solo entre la multitud
busco la dirección perdida de mi casa.
etiquetas: silencio, soledad 77 lecturas versolibre karma: 94
Muy bueno le poema
e igualmente estremecedora la situación plateada....
abrazo