Contando tus lunares nacieron mil constelaciones;
mil y una las noches que soñé con alcanzarlas,
condenada,
cómo Tántalo,
a nunca calmar mi sed.
Contando tus pestañas
perdí el rumbo a las estrellas.
Y tú,
cruel,
te llevaste a golpe de sonrisa
mi norte y mi cordura.
Tú, desalmada.
Y yo, condenada,
cómo Tántalo,
a tenerte tan cerca y no poderte tener.
N.M.
etiquetas: amor, desamor, frustración, inalcanzable, infierno 330 lecturas versolibre karma: 44
Gracias