Condenado, al filo de la oscuridad,
vejado, solo, abatido, humillado,
mi alegría muriendo en un cartón,
en un vino barato, tipo Don Simón.
La alegría que antaño me acompañó,
cuando las nubes pasaban y me saludaban.
Cuando el sol me hacía sonreír todas las mañanas,
cuando tu olor a rosas frescas
inundaba, mi corazón y mi cama.
Ahora entono otra canción,
si me gritas en el alma el eco sonará en mi corazón,
cuando mires a mis ojos verás mis pupilas laceradas,
sin vida, el color amarillo pegado a mis mejillas,
mi sangre sin vigor mi alma rota de dolor.
Mi existencia, vacía, enfermo desnudo y en los huesos,
sólo el tenue sonido de mi silencio
me ayuda a saber que no estoy muerto,
que aún mi vida te quiero.
Pero es efímero el momento,
la sonrisa y el recuerdo.
Estalle mi cabeza, estallen mis recuerdos,
llevenme a mi tumba, quemenme de nuevo,
Vacío, ahora estoy tranquilo.
etiquetas: filo, vino, barato, laceradas, pupilas, eco 65 lecturas versolibre karma: 60