Era mi deseo dártelo,
y, cuanto me pediste, te di.
De tus labios sedosos
tan solo un susurro percibí.
No me llegó
un te quiero,
ni un beso,
ni una caricia,
ni una sonrisa,
ni un abrazo,
ni un adiós
para el sendero.
Todos mis desvelos te ofrecí.
Nada a cambio esperaba,
nada a cambio recibí.
©Pacodecáceres
etiquetas: poema, versolibre, pacodecaceres 121 lecturas versolibre karma: 84