Otra vez una luna se durmió entre
tus párpados, y cansada de dudas,
en el fogón sediento de tu vientre
la espera quedó con ansias desnudas.
Otra vez el murmullo de tus piernas
se remojó en silencio, y un gemido
trémulo huyó desde tus manos tiernas…
huyó embriagado de amor y de olvido.
La noche destiló sobre el balcón
su estéril sombra - dijo él que vendría -
Y otra vez dormitó en tu corazón
un ramillete de melancolía.
Quedaron anclados en la ventana
tus ojos verdes - dijo él que vendría -
Y otra vez como ayer, hoy y mañana,
no pudo ser: tú eres noche, y él día.
@mello
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