Paraíso perdido.
El hombre
perdido
equivocó
destino
y paraíso.
La bitácora del sabihondo hombre solo lee una dirección: La irremediable adversidad.
¡Oh, hombre perdido!, dejar que los niños hagan malabarismo en público y que se fusionen al bosque milagroso.
¡Oh, hombre perdido! , desistir a que los niños sean inmunes a la metástasis y xenofobia de los hombres.
¡Oh, naturaleza del ser supremo!, evitar que los niños mueran en las almas de los hombres.
¡Hibernación y destierro para el egocentrista y encumbrado hombre!
Forzosa abdicación para el hombre perdido en su paraíso.
¡Obligatorio letargo!
JOSE LARA FUENTES ©
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