Viví muchos años en la húmeda Lima, Perú.
Lejos de casa, lejos del amor incondicional de mi tierra. A la que amo con mi alma (Chile).
Muchos inviernos lloré, quería regresar a casa.
Lloré sola, lo pasé mal;
Dormí en la calle, no tuve comida, muchas veces me faltó el amor,
Pero jamás me falté yo.
Conocí el infierno; en un abrir y cerrar de ojos.
El amor que conocí, no era el que debía conocer.
Fui prisionera de mis miedos, de mi autoestima bajo; siempre andaba sucia y descuidada.
¡Me sentía fea!, por años no me miré al espejo.
Tenía verguenza de regresar a casa.
- FRACASADA -
Con 2 niños; que además eran autistas, ¡sí!, lloré y lloré mucho.
El día en que supe que Venus era autista; mi vida se derrumbo.
- El silencio apagó mi corazón -
Henry, tenía 1 mes de nacido.
Jamás esperé volver a escuchar el mismo diagnóstico 3 años más tarde.
- Su hijo tiene autismo, es severo -
¡Dios!, la vida me volvía a matar.
No sabes lo doloroso que es escuchar que tus hijos no son igual a los demás.
Los años han pasado, ellos ya tienen 9 y 7 años.
La vida continuó.
He vuelto a casa.
Soy mamá y papá; sigo escribiendo el libro de mi vida, entre rumbos líricos, versos y poesía.
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Un abrazo...
Parece mentira, pero el dolor es mucho más fértil que la alegría... con él, puedes repartir mucho más juego... para muestra, este poema —esta prosa poética—.
¡Gracias por tus flores mustias! je, je, je
...
Un abrazo para tí y para esos niños hermosos que te acompañan día a día!
Un abrazo
Mi admiración siempre por ti
Bella flor Chilena