No se olvida
pasado que quiere ser presente,
esas noches
cicatrices,
esos desvelos.
Duele el cuello
cuando la memoria recuerda,
angustias
suspiro sin retorno.
El pasado
quiso asesinar al ruiseñor
noches que regresan,
oscuras.
No se olvida
cómo olvidar la muerte inmutable,
el durazno con plaga
el domingo sin estrellas.
Cómo olvidar
la sonrisa que lloraba,
la palabra muda
el beso amargo.
Hoy el secreto es
que no hay secretos
fuera mentiras,
o una inocencia dormida.
El presente es un sueño
sin rupturas
o malas salidas.
El presente es un amor
que duerme en los huesos,
es poder sin silencios.
El hoy es fuerza que vence
un lucero en el cielo
el lirio con viento,
una rosa de hojas bellas.
Es un cielo azul,
un pastor que acaricia
con ternura
a la oveja más pequeña.
El presente es Dios
sin enemigo,
una belleza que no es triste,
un mañana que canta.
El pasado
no se olvida,
ya no fermenta en mis días,
es pasado
un perdón que se retira.
Miguel Adame Vázquez.
28/05/2020.
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