Un verso se disipa en tu memoria,
en tu boca, ese beso que no has dado,
el musgo, sin la roca se ha secado,
se oxida el engranaje de la noria,
la apuesta a tu amor es aleatoria.
En la jaula no existe escapatoria,
porque aquel mirlo inerte y desplumado
expira junto al sueño quebrantado.
Las noches de pasión ya son historia
y solo de ellas tú te vanaglorias.
La plegaria se torna exclamatoria,
evocadora de un tiempo dorado,
semejante al rogar de un condenado,
con un reproche y voz acusatoria,
a laberintos sin escapatoria.
Caminamos sin rumbo y trayectoria,
ni con mentiras te has ruborizado,
la comedia a mi oído regalado
de la vil excusa premonitoria
del final amor, sin pena ni gloria.
Atrás quedó nuestra inicial euforia,
el rostro al encontrarnos, irisado,
nuestro rincón, que hoy duerme abandonado,
y ya no hay conquista, y ya no hay victoria…
y en tu foto ya no hay dedicatoria.
etiquetas: lírico, quintetos, endecasílabos, dedicatoria, final 88 lecturas versoclasico karma: 82
Este grupo de quintetos... magnífico.