Quizá después...
de uno de esos golpes que da la vida.
De uno de esos golpes que resquebrajan,
enterrado entre desalientos y dudas…
Entonces,
Quizás porque luchaste
sin cuartel contra el destino.
O tal vez,
porque en la grieta de cemento
florecieron margaritas…
O un perro despistado y vagabundo
humedeció la esquina
Tú abrirás los ojos
con un impulso ciego.
Un golpe de tu corazón,
que es un maestro.
Y verás ese rayo de luz
que grita sin palabras…
¡Aún quedan esperanzas.
Aún es tiempo!
862 lecturas versolibre karma: 166