Camina
no mires,
un pasillo quedó corto antes de tocar fondo.
Follas con un muerto me dijo,
no puedo follar sin amor, le dije.
Pero esa noche supe que dentro de mi algo se removía, como escarbar buscando huesos de un cuerpo enterrado vivo.
Cruzamos un par de líneas paralelas antes de que la humedad colapsara en mi entrepierna,
no había nada que sujetase mis fluidos
salvo su mano irrumpiendo dentro.
Sentí entonces los fantasmas dentro de esa habitación
y pasó un instante antes de que la gravedad rompiese contra todo pronóstico y me llevase de vuelta al suelo.
Hubo silencio,
una espera espesa
y un sabor amargo.
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